¿Por qué la protección de infraestructura crítica optimiza la rentabilidad empresarial en Venezuela?
Proteger la infraestructura crítica en Venezuela es una inversión vital. Las interrupciones y fluctuaciones eléctricas causan pérdidas económicas y operativas, afectando a la producción y la rentabilidad empresarial.
La protección de la infraestructura crítica en Venezuela es una inversión estratégica clave para la rentabilidad empresarial, no un simple gasto. En un entorno dinámico, factores como el aumento de las necesidades energéticas, las interrupciones del suministro y las fluctuaciones de voltaje representan riesgos significativos. La falta de adaptación a esta realidad puede llevar a pérdidas económicas sustanciales, impactando directamente los ingresos, la continuidad operativa y la reputación de la empresa.
El consumo mundial de energía creció un 2.2% en 2024, superando la media de 2013-2023 (1.3%), según la Agencia Internacional de la Energía, un aumento del 100% en el consumo. Venezuela no es ajena a esta tendencia, impulsada por olas de calor, el desarrollo de tecnologías con alta demanda energética y el incremento del consumo industrial.
La protección más allá de los centros de datos
La ingeniera electricista de Corporación Solsica, Laura De Jongh, destaca que la protección de la infraestructura crítica es indispensable y va más allá de los centros de datos, abarcando sectores vitales como el alimentario y el de la salud.
De Jongh lo ilustra con un ejemplo en una planta de producción de alimentos: “una línea de producción es un proceso continuo. Tienes varias máquinas sincronizadas, y si una falla, se ve afectada casi toda la línea. Todas dependen de la electricidad. Si se va la luz, aunque tengas planta eléctrica, las máquinas se apagan por segundos, tiempo suficiente para desconfigurarse”.
Esta interrupción, por breve que sea, tiene consecuencias graves. “Si la máquina que mantiene las condiciones de salubridad se apaga o se desconfigura, se pierde toda la materia prima de ese lote”, explica De Jongh. En el sector farmacéutico, donde el trabajo continuo es crítico, “por un corte de energía que puede durar apenas unos segundos, se puede perder mucha materia prima, lo que se traduce en la pérdida de una gran cantidad de dinero”.
El riesgo silencioso de las fluctuaciones de voltaje
Las fluctuaciones de voltaje también representan un riesgo latente. “A veces hay electricidad, pero el voltaje es demasiado alto o demasiado bajo, y las máquinas se protegen apagándose. No tienes un corte total de energía, pero la producción se detiene igual”, advierte De Jongh. En casos como este, la inversión en equipos de protección cobra verdadero sentido.
Los equipos con los que trabaja Solsica, como los sistemas de alimentación ininterrumpida (UPS), garantizan la continuidad operativa. “Si el suministro eléctrico falla, el UPS entra en acción de inmediato: las máquinas ni lo perciben y pueden seguir funcionando. Además, estos sistemas protegen contra sobretensiones que pueden quemar o dañar tarjetas, que son repuestos carísimos. Cada día sin producir es dinero que se pierde”, añade la especialista.
La propuesta de valor de Solsica se extiende más allá de las soluciones tecnológicas. La empresa ofrece un servicio postventa integral para proteger la inversión a largo plazo.
“Brindamos mantenimiento especializado para asegurar que la inversión que se hizo, y que esos equipos de alto valor adquiridos conserven su rendimiento en el tiempo. La asesoría técnica continua es clave para garantizar el retorno de la inversión y evitar que la protección, en lugar de una solución, se convierta en un riesgo a largo plazo”, concluye De Jongh.
Para obtener mayor información sobre los productos y servicios de Solsica se puede visitar su página web www.solsica.com y sus cuentas en Instagram @corporacionsolsica y Facebook www.facebook.com/corporacionsolsica/