Educación Robótica 

Olimpiadas Mundiales de Robótica 2025: así fue la competencia regional en la UCAB

Buscando un puesto para representar a Venezuela en la final del torneo, a celebrarse en Singapur, 290 niños y jóvenes programaron y pusieron a funcionar sus robots en retos de distinto tipo, mostrando sus habilidades en ciencia, tecnología, arte, ingeniería y matemáticas, así como su capacidad de trabajo en equipo

Prototipos de asistentes médicos automatizados, modelos de ciudades inteligentes, circuitos de retos, tenis de robots y elaboración de vehículos robóticos fueron solo algunos de los proyectos que protagonizaron en la UCAB, el pasado 28 de junio, uno de los 15 encuentros regionales que se realizaron en Venezuela de cara a las Olimpíadas Mundiales de Robótica 2025 (WRO, por sus siglas en inglés).

Bajo la temática «El Futuro de los Robots», los 99 equipos participantes, conformados por un total de 290 jóvenes de entre 8 y 22 años, se prepararon durante meses con una sola intención: obtener los mejores puntajes, clasificar al encuentro nacional y optar por una oportunidad de representar a Venezuela en la final, a disputarse en Singapur.

La WRO es una competencia global que reúne a estudiantes y entusiastas de la robótica provenientes de unos 95 países. El certamen ayuda a promover la educación STEAM, un enfoque pedagógico que agrupa las disciplinas académicas de la ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas.

Olimpiadas de Robótica 2025: potenciando habilidades STEAM

Este año, todas las miradas están puestas en Venezuela, pues en la final de 2024 la delegación venezolana obtuvo ocho medallas de bronce, dos de plata y una de oro; todo un logro para un país que empezó a tener representación en la competición hace apenas tres años.

Para Anubis Ramírez, coordinadora nacional de la WRO en Venezuela, los encuentros regionales realizados hasta ahora generan gran expectativa, pues se afinaron elementos con respecto al año pasado para tener un rendimiento incluso mejor en la final.

«Vemos potencial. Este año consolidamos y estructuramos un poco más la capacitación de los jueces para tener mejor selección de equipos. La vara está un poco más alta, hay más capacidad, más cantidad de participantes», explicó.

Una vara más alta va de la mano con un mayor nivel de conocimientos y capacitación, por lo que esta experiencia garantiza un grado avanzado de aprendizaje de cientos de estudiantes en distintas áreas.

Así lo explicó el profesor Assaf Yamin, miembro del Centro de Innovación Educativa (CIED) de la UCAB, unidad adscrita a la Dirección General de Extensión Social que, además de organizar el encuentro regional con la ayuda de Editorial Aprender STEAM, apoyó con la formación de decenas de equipos participantes.

«Eventos como este abren espacio para que los chicos muestren su creatividad, dando soluciones a problemas vinculados con los ODS, mientras refuerzan sus conocimientos sobre tecnología y robótica bajo el modelo STEAM. Conocemos que esto potencia el aprendizaje de los chicos. Por eso nos sumamos a preparar a los chicos y a darles el apoyo necesario para que puedan participar en unas olimpíadas de robótica», argumentó.

Retos y robots de todo tipo

La WRO es una competición variada, que contempla distintos tipos de retos en diferentes categorías, divididas a su vez por grupos de edades. En este sentido, la preparación de los equipos se enfoca en las actividades específicas que deben ejecutar para superar su desafío en particular.

Esta dinámica permite trabajar en distintas áreas del conocimiento y desarrollar distintas aptitudes, acordes con los intereses, necesidades y fortalezas de los jóvenes. Estas fueron las categorías:

  • Misiones Robóticas

Establece una tablero lleno de obstáculos a superar y tareas que deben ser completadas por un robot autónomo que debe cumplir con todos los objetivos del la pista, por lo que tiene que ser capaz de «tomar decisiones» a partir de su programación.

Se divide en tres subcategorías: Elementary, para niños de entre 8 y 12 años; Junior, para adolescentes de entre 11 y 15 años; y Senior, para jóvenes de entre 14 y 19 años.

Según Francisco Bottifol, juez principal de la categoría Junior, es un reto excelente para poner a prueba conocimientos en programación, pero también mide habilidades blandas como la capacidad de resolución de problemas y el trabajo en equipo.

«Los muchachos ponen en práctica la programación. Los jóvenes trabajan con STEAM, donde ponen a prueba su ingenio para resolver problemas y hacer las misiones. Tiene que haber sincronización y el robot debe ser autónomo, funcionar con una programación inteligente para superar obstáculos», razonó.

  • Deportes Robóticos

El desafío, en este caso, es programar robots autónomos para disputar partidos simulados de deportes reales.

En este caso, la disciplina asignada en las últimas tres ediciones de la WRO es tenis doble, por lo que los robots son activados en un tablero dividido en dos partes y se colocan varias pelotas en cada mitad.

El reto consiste en posicionar esas esferas en la parte del tablero asignada al rival del rival. El equipo que tenga menos pelotas de su lado y más del lado contrario, gana.

De esta manera, se miden las habilidades de programación inteligente de los equipos, así como el trabajo en equipo y la inteligencia emocional.

  • Futuros Ingenieros

Este es un desafío enfocado en la ingeniería, por eso su nombre. A diferencia de otras categorías, en las que se utilizan kits robóticos preestablecidos, en este caso los concursantes deben crear sus propios robots autónomos, cumpliendo con unas pautas específicas determinadas en el reglamento de la WRO.

Los robots creados deben ser programados de forma inteligente para que completen un circuito de vueltas en una pista, cumpliendo con ciertas condiciones y superando obstáculos que se disponen al azar.

«Es una de las pruebas que requiere más capacidad de sus participantes, porque requiere programación; deben colocar todo su empeño, conocimiento y aptitudes en ingeniería en fabricación de vehículos y también la parte de programación. Es una competencia de alto performance», comentó Alejandro Lostte, juez principal de la categoría.

  • Futuros Innovadores

En esta categoría, los equipos deben crear proyectos con los que planteen soluciones creativas, a través de la robótica, a problemas del mundo real vinculados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Estos proyectos deben exponerse a los jueces y al público, además de presentar un prototipo de robot con funciones que ayuden a solucionar el problema abordado.

Es la más subjetiva de la competencia y que pone a prueba al máximo la creatividad de los jóvenes que participan.

«Específicamente, queremos ver soluciones robóticas que tengan que ver con la dinámica espacial, el uso de la IA y toda la robótica que nos permite tener una mejor humanidad. Se ponen a prueba la comunicación de ellos como equipo, el liderazgo, la distribución de roles, la programación del robot, la construcción y los mismos detalles que tengan en esa solución», relató Alejandro Del Mar, juez auxiliar de la categoría Senior.

Formando a los profesionales del futuro

Las WRO abren las puertas a que cientos de jóvenes descubran su pasión por áreas como la robótica o la ingeniería, muchas veces estableciendo las bases de sus futuras carreras profesionales a través de experiencias enriquecedoras en lo académico y lo personal.

Alexandra Sánchez y Michelle Carneiro son dos estudiantes de 5° año de un colegio en El Tigre, estado Anzoátegui. Viajaron 460 km para presentar, en el encuentro regional de la UCAB, un asistente médico robótico especializado en el área de la neurorehabilitación.

El robot, llamado Phoenix Assistant, está equipado con una tablet para controlar sus funciones e implementos como un tensiómetro y un guante de fisioterapia para recuperar la movilidad de los dedos. El prototipo cuenta con un botón de emergencia y puede enviar el historial médico del usuario a un doctor asignado previamente en el sistema.

Este proyecto se presentó en la categoría de Futuros Innovadores y encapsula la cantidad de esfuerzo, trabajo, creatividad y preparación que deben dedicar los concursantes en la WRO, además de constituir un primer paso de lo que podría ser una carrera profesional vinculada con la robótica.

«Quiero estudiar arquitectura y vincularla con la tecnología, que se puede aplicar en cualquier parte. Esto lo podemos observar con todos nosotros, los jóvenes, que innovamos y utilizamos la tecnología para la mejora del mundo, mejorar procesos, crear prototipos y proyectos que sean de beneficio para todos. Quisiera continuar con la tecnología, es algo que me gusta muchísimo y así seguir apostando y trabajando por el desarrollo tecnológico en el país y en el mundo», afirmó Carneiro.

Algunas de estas propuestas pueden, incluso, captar la atención de patrocinantes que impulsan esos prototipos hasta convertirlos en realidad.

«Hay proyectos increíbles y un potencial altísimo. Algunos han sido captados por empresas grandes y están recibiendo patrocinio para desarrollar sus ideas. Es algo que debemos celebrar y tenemos que sentirnos reconfortados porque esta es la generación que va a ayudar a sacar el país adelante generando nuevas propuestas que conduzcan a Venezuela a cosas mejores», sostuvo el profesor Assaf Yamin.

Eduardo Cantera, director del CIED, recordó que el verdadero objetivo de la WRO se centra en brindar este tipo de oportunidades a los jóvenes, impulsando el impacto que puede tener la robótica educativa y promoviendo la educación como un mecanismo para crear un mejor país.

«Para la UCAB es un honor y una gran oportunidad para entender que la educación tiene que tener una nueva reformulación de sus opciones para que los estudiantes se sientan empoderados de estas habilidades del Siglo XXI. Confiamos en que estos encuentros van a ser de mucha utilidad para visibilizar la robótica educativa y lo que se está haciendo en este país», concluyó.

La ruta hacia Singapur

Los encuentros regionales de las Olimpíadas de Robótica 2025 en Venezuela cerraron el 6 de julio e inmediatamente se dará paso a la organización del encuentro nacional, en el que participarán los equipos con mejor puntuación de los 15 eventos regionales realizados en esta edición.

A su vez, los equipos con mejor puntuación del encuentro nacional se integrarán a la delegación venezolana que competirá en la final de Singapur que se llevará a cabo en noviembre, en una fecha aún por definir.

La delegación tendrá aproximadamente tres meses de preparación para el reto que supondrá la final, encuentro que tendrá una duración de varios días en los que tendrán que conseguir puntuaciones altas para optar por una medalla. Las expectativas se centran en torno al éxito del año pasado, con las 10 preseas obtenidas.

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