Cirugía robótica Da Vinci redefine la precisión quirúrgica
El Dr. Wartan Keklikian, pionero en la aplicación de tecnologías avanzadas en cirugía, explica cómo el sistema Da Vinci revoluciona los procedimientos mínimamente invasivos, a través de incisiones reducidas, recuperación más rápida y una visión tridimensional optimizada.
Las intervenciones quirúrgicas han evolucionado hacia una era de precisión con la integración de sistemas robóticos. En este contexto, el Dr. Wartan Keklikian, reconocido cirujano general venezolano, especialista en laparoscopia y tratamiento de la obesidad, ha incorporado a su práctica la cirugía robótica con el sistema Da Vinci, la tecnología más sofisticada en operaciones mínimamente invasivas.
“El Robot Da Vinci es, en esencia, un sistema de laparoscopia extremadamente avanzado. Facilita procedimientos complejos con gran precisión; pero es crucial entender que no opera por sí solo. El cirujano siempre lo controla desde una consola o centro de comandos”.
Desde su aprobación por la FDA en el 2000, el sistema Da Vinci ha ampliado su alcance y cuenta hoy con más de 6.000 unidades en todo el mundo. En Venezuela, aunque existen algunos modelos “antiguos” instalados, actualmente “el único centro que tiene un robot Da Vinci de última generación, es el Hospital de Clínicas Caracas, que es el que utilizo en mis procedimientos”, dice el Dr. Keklikian.
¿Cómo funciona esta tecnología?
El equipo consta de tres elementos clave: un carro de visión que proporciona imágenes detalladas; el robot propiamente dicho, con sus brazos quirúrgicos, y la consola desde la cual opera el cirujano. “Veo el interior del paciente en 3D con una nitidez asombrosa y una amplificación considerable”, explica el doctor. “El robot sigue mis movimientos con una precisión milimétrica y sin vibraciones, con una libertad de acción impresionante”.
Los instrumentos, diseñados para ofrecer una movilidad superior a la de la muñeca humana, hacen posibles maniobras en espacios reducidos con una destreza sin precedentes.
Beneficios tangibles para el paciente
“El Da Vinci permite hacer todas las cirugías laparoscópicas con ventajas notables”. Con incisiones de apenas 8 mm, se reduce el impacto en los tejidos, por lo que hay menos dolor postoperatorio, menor trauma, una mejor estética y una recuperación más rápida con menor estancia hospitalaria”, afirma el Dr. Keklikian. Además, su exactitud minimiza riesgos y mejora los resultados en cirugías complejas como las oncológicas o en una prostatectomía radical, donde la precisión ayuda a preservar la función eréctil y la continencia; o en las operaciones de hiato esofágico, donde preservar el nervio vago es crucial.
Una mejor experiencia para el especialista
La utilización del sistema Da Vinci también implica ventajas para el cirujano. “Opero sentado, con una visión muy amplificada y en tres dimensiones, con detalles que en una laparoscopia normal no son posibles”, describe el especialista. “El robot no tiembla, mejora mis acciones y me ofrece una libertad de movimientos impresionante”.
Para lograr todo esto, hay una curva de aprendizaje. El cirujano debe entrenarse para manejar el robot eficientemente, lo cual incluye incontables horas en simuladores. “No es que se le enseñe a operar al cirujano, sino que se le enseña a usar bien el robot. Te entrenas para armar y desarmar el robot, para ponerlo operativo y para resolver fallos técnicos en caso de ocurrir alguno”, detalla. Finalmente, se requieren al menos dos procedimientos supervisados antes de operar de forma autónoma.
Evidentemente, una cirugía con el Robot Da Vinci es mucho más costosa que una intervención por laparoscopia tradicional. “Esa es la gran limitante”, reconoce el Dr. Keklikian. “Pero, aquellos pacientes que pueden acceder a ella, verán muchos beneficios. Está recomendada para todas las cirugías laparoscópicas que quieran hacerse con precisión milimétrica, de manera segura y eficaz”, concluye el especialista.
Para más información, visita las cuentas del Dr. Wartan Keklikian en Instagram: @drwartan y @cirujanolaparoscopico.