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Tissot desvela The Gift of Time: un tributo al pasado, el presente y el futuro

Le Locle, Suiza. Tissot desvela su última campaña, The Gift of Time, un viaje cinematográfico que rinde homenaje al legado de la marca y busca conectar con la generación actual. Presentada en plena temporada navideña, la campaña refleja el espíritu de celebración y unión, mientras honra la tradición y los valores que han forjado la identidad de Tissot a lo largo de los años.

La historia transcurre en el vagón de un tren, donde un único protagonista emprende un asombroso periplo a través del tiempo. Desde la fundación de Tissot en 1853 hasta nuestros días, la narración desvela cómo la marca ha perdurado a lo largo de las generaciones. Cada era cobra nueva vida a través de una perspectiva actual. El regreso al presente pone de relieve la artesanía, la innovación y el poder de los regalos con significado, los pilares sobre los que la marca ha construido su historia.

A lo largo de las décadas

El viaje comienza en 1853, cuando un padre, Charles-Félicien Tissot, montador de cajas de oro, y su hijo Charles-Émile, relojero, se unen para fundar el taller de montaje «Charles-Félicien Tissot & Son» en su residencia familiar de Le Locle. Gracias a su exquisita artesanía, sus relojes de bolsillo y colgantes obtuvieron un rápido reconocimiento internacional y prestigiosos galardones, que sentaron las bases para la fundación de la Manufactura en Chemin des Tourelles, donde permanece la sede de la marca.

Impulsada siempre por la innovación, tanto técnica como de diseño, Tissot ha concebido modelos clave para la historia de la relojería. A finales de la década de 1930, cuando aumentó la popularidad de los relojes de pulsera, Tissot desarrolló el primer reloj de pulsera antimagnético del mundo, que mantenía su precisión ante los campos magnéticos generados

por los nuevos aparatos eléctricos. Paralelamente, la marca exploró la resistencia al agua y sentó los cimientos técnicos para futuras colecciones, como Seastar, presentada en la década de 1950.

En la década de 1960, Tissot siguió innovando con el PR 516, un modelo equipado con movimientos suspendidos resistentes a los impactos, diseñado para brindar la durabilidad que exigían los corredores, sin renunciar al estilo y la comodidad que aportaban sus brazaletes perforados. En la década de 1970, para satisfacer las nuevas necesidades de sus clientes, la marca introdujo colecciones de cuarzo, mientras siguió proponiendo modelos automáticos, como el IDEA 2001, el primer reloj del mundo con un movimiento de material sintético que no requería lubricación, la culminación de veinte años de investigación.

Dar forma al presente

Este legado perdura hoy en día. La precisión, el rendimiento y la búsqueda de la superación de los límites convencionales continúan siendo pilares fundamentales de la identidad de Tissot, valores que se manifiestan en su papel de cronometrador oficial de destacados eventos deportivos internacionales, como la NBA y la WNBA, el Tour de Francia y MotoGP, así como de asociaciones nacionales como la Federación Suiza de Hockey sobre Hielo. Y al igual que el pasado dio forma a su presente, Tissot sigue innovando a través de nuevas creaciones, que reflejan su afán de perdurar en el tiempo.

Entre ellos, el Tissot Ballade acoge nuevas ediciones elegantes de 30 y 39 mm, con radiantes esferas efecto «soleil» y biseles estriados, mejoradas con la certificación COSC para una precisión inigualable. El Tissot Classic Dream renace con un movimiento automático Swiss made, que ofrece una relación calidad-precio excepcional dentro de su categoría y redefine las expectativas de su segmento. El emblemático Tissot PRX se reinterpreta con una caja y un brazalete de titanio, que combinan ligereza con un diseño moderno y refinado. Por último, el Tissot PRC 100 Solar encierra una tecnología de vanguardia, bautizada como Lightmaster Solar. Este sistema capta la luz natural y artificial para alimentar el movimiento de cuarzo suizo durante hasta 14 meses en la oscuridad. La fusión perfecta entre modernidad, autonomía y estilo.

Con The Gift of Time, Tissot consolida su legitimidad y destaca el valor simbólico de un gesto, recordándonos que el regalo es el principio de todo.

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