CER-UCAB reveló hallazgos de su último Estudio de Bienestar Humano en el estado Bolívar
Entre los datos más preocupantes, mencionan ingresos familiares que cubren solo el 63,53% de la canasta alimentaria, una alta precariedad laboral con un aumento de trabajadores independientes sin protección social, y el deterioro del acceso y la calidad de los servicios públicos
El Centro de Estudios Regionales (CER) de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), celebró este viernes 11 de julio el Seminario Internacional “Estudio de Bienestar en el estado Bolívar”, un encuentro que permitió tener una mirada integral a las realidades de los habitantes del estado Bolívar y de estudios complementarios para una visión contextualizada de la región.
Durante este evento, expertos nacionales e internacionales confluyeron para ofrecer un análisis global y multidisciplinario de la compleja realidad social de la región, subrayando la urgencia de diseñar políticas públicas que estén adaptadas al entorno para que sean más efectivas.
El CER-UCAB presentó los hallazgos más relevantes del III Estudio de Bienestar Humano, su última investigación en el área que profundiza en cómo viven y sienten los ciudadanos del estado. Además, el seminario sentó las bases para futuras colaboraciones transnacionales en la investigación de este campo.
Un mosaico de realidades: los estudios de la UCAB sobre las condiciones de vida en Bolívar
El ciclo de ponencias inició con la intervención del economista y decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCAB, Ronald Balza. En su presentación, “Estudios de la UCAB y su impacto en la comprensión de las condiciones de vida en el estado Bolívar”, ofreció un recorrido por diversas investigaciones desarrolladas por la universidad que reflejan distintas realidades del país en diferentes ámbitos, y destacó la necesidad de un enfoque multidisciplinario para entender la región, combinando datos cuantitativos y cualitativos.
El decano recordó las dificultades en la recopilación de datos, especialmente en sectores empresariales informales, haciendo referencia a la “Encuesta de empresas de los sectores industrial, comercio y servicios en Ciudad Guayana y Ciudad Bolívar” (2022), un esfuerzo colaborativo de la universidad realizado durante la pandemia.
También subrayó la trascendencia de la ENCOVI (Encuesta Nacional de Condiciones de Vida), particularmente su edición de 2023, que permitió un análisis a nivel de ciudades como Ciudad Guayana. Balza destacó que, más allá de los desafíos de la medición de pobreza por ingresos, las preguntas cualitativas sobre la percepción resultan «muy valiosas».
Ante la reducción del tamaño muestral en la ENCOVI 2024, subrayó la importancia de encuestas locales como las realizadas por el CER en el estado Bolívar, ya que estas facilitan una identificación más precisa de las necesidades y una focalización más efectiva de los proyectos.

Asimismo, el economista enfatizó la necesidad de incorporar preguntas cualitativas que trasciendan los datos económicos directos. Mencionó que interrogantes sobre la satisfacción laboral y la relación entre la formación académica y el empleo, presentes en el Estudio de Bienestar, son «preguntas que parecen indirectas, son muy valiosas para interpretar el resultado».
«Toda esta información nos ayuda a tener visión de conjunto», concluyó Balza, enfatizando que la integración de estos diversos estudios permite a la UCAB construir un «móvil de conocimiento que se arma pieza por pieza, en lugar de un rompecabezas estático».
Radiografía del Bienestar Humano en Bolívar: los resultados del CER en 2024
El Seminario continuó con la presentación de los resultados del III Estudio de Bienestar Humano en el estado Bolívar (2024), a cargo de Aiskel Andrade, directora del CER. Andrade destacó la importancia de esta investigación en el compromiso de impacto social de la universidad, buscando responder a la pregunta de cómo viven y sienten los habitantes en un contexto regional marcado por la actividad productiva, las tensiones sociales, la diversidad cultural y la dinámica de una zona fronteriza.
Andrade subrayó que este estudio se inscribe en una corriente que considera que las dimensiones objetiva y subjetiva son complementarias. Su metodología integra el levantamiento de condiciones objetivas, como trabajo, ingresos y consumo, con la valoración que las propias personas hacen de esas condiciones. Agregó que este enfoque también incorpora la validación territorial, buscando identificar rezagos y desigualdades específicas en distintas localidades, lo cual es indispensable para el diseño de políticas públicas contextualizadas.
«El bienestar no puede ser valorado solo con los indicadores que me dicen dónde debo comer, cuánto debo comer, dónde debo vivir, dónde debo estudiar, sino qué es lo que yo valoro sobre eso», apuntó.
El estudio de 2024, fue realizado entre noviembre y diciembre con una muestra de 621 personas mayores de 18 años de los 11 municipios del estado. Se evaluaron componentes materiales y no materiales como ingreso, consumo, trabajo, calidad de empleo, acceso a servicios, participación comunitaria, relaciones sociales, conocimientos y competencias, y salud.
Inseguridad laboral e insatisfacción con los servicios
Entre los resultados más destacados, el CER calculó que el ingreso promedio individual en Bolívar fue de $115,07 y el familiar de $316,77, cubriendo apenas el 63,53% de la canasta alimentaria familiar calculada por el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (CENDAS) para los meses de noviembre y diciembre de 2024.
Asimismo, la directora del CER también resaltó la preocupación por la precariedad laboral en Bolívar, con un 25,76% de trabajadores independientes y 32,47% sin acceso a seguro de salud o protección social.
Sobre el acceso a servicios públicos en el estado, Andrade agregó que siguen siendo un punto crítico de rezago: solo el 59,42% de los encuestados declaró que tiene acceso al agua (con interrupciones), 71,01% a electricidad (con interrupciones), 35% no tiene acceso fácil al transporte público y el 29% no tiene ningún acceso a Internet.
En cuanto a las relaciones sociales y la participación comunitaria, la directora del CER resaltó que se observa un marcado deterioro en comparación con las ediciones anteriores del Estudio. Indicó que la mayoría de las personas tienen redes de apoyo, pero solo el 41% está satisfecho con sus vínculos, siendo la familia y la pareja los principales. Solo el 29% identifica a los vecinos como parte de su red de apoyo.
Bajan los índices de Bienestar en Bolívar
La directora del CER reveló que el Índice General de Bienestar en el estado Bolívar para 2024 se ubicó en 0,47, un nivel que indica malestar y un resultado menor al obtenido en 2022 y 2023. “Evidentemente en este momento estamos en una situación negativa que pudiéramos considerar de malestar», expresó.
Explicó que este resultado está vinculado con la baja confianza institucional, la poca motivación para la participación comunitaria y la deficiencia de los servicios públicos. Mencionó que municipios como Roscio, con el índice de bienestar más bajo (0,33), están particularmente afectados por la falta de servicios básicos como el agua.
Para finalizar, el estudio también desglosó lo que los habitantes de Bolívar valoran de forma positiva y negativa: entre las que valoran de forma positiva está la sensación de seguridad, la utilidad de las habilidades educativas para los desafíos cotidianos, la independencia del trabajo y la tranquilidad de sus hogares. Y de forma negativa mencionan la imposibilidad de vivir la vida que merecen con el ingreso que perciben, la precariedad de su actividad laboral, la irregularidad de los servicios públicos y la baja confianza hacia los organismos de seguridad.
Una visión global del bienestar subjetivo
El Seminario finalizó con la ponencia de Beltrán León, director del Observatorio de Calidad de Vida y Salud Social de la Universidad Veracruzana de México. Su ponencia abordó la medición de indicadores subjetivos de bienestar en México, destacando la inherente complejidad del fenómeno y la necesidad urgente de complementar los indicadores económicos tradicionales.
«No es del todo cierto que hay una relación positiva entre el bienestar y el ingreso… Tampoco es cierto que el bienestar se basa únicamente en el ingreso económico», apuntó.
El profesor también se refirió a la «paradoja mexicana»: un país que figura en el top 10 de los más felices del mundo, a pesar de que casi la mitad de su población vive en la pobreza y presentó datos que muestran una relación negativa entre el gasto público en desarrollo social y el Índice de Desarrollo Humano, sugiriendo que la inversión no siempre se traduce en un cambio efectivo en las condiciones de vida.
El modelo de medición de bienestar subjetivo propuesto por Beltrán León considera tanto componentes cognitivos como emocionales, y se estructura en tres dimensiones clave: individual (felicidad, satisfacción con la vida), social (relaciones, comunidad) y contextual (percepción de bienes y servicios públicos). Sus estudios en Xalapa, México, han demostrado consistentemente que la valoración más alta se da a nivel individual, seguida de la social, y que la valoración de los bienes y servicios públicos es siempre la más baja.
«Los individuos podemos ser felices, aunque estemos en condiciones de pobreza. Pero eso no tendría que ser suficiente», dijo enfatizando la necesidad de mejorar los factores externos para un desarrollo integral.
Para el cierre del seminario, el director del Observatorio de Calidad de Vida y Salud Social de la Universidad Veracruzana de México y el CER-UCAB anunciaron la formalización de un convenio de investigación entre ambas instituciones que les permita enriquecer la comprensión y la medición del bienestar.